El domingo fue el cumpleaños de mi madre, no veas como me lo pasé.
Fuimos mi hijo y yo a comer a su casa, estaban, como no, mis hermanos, menos el de Madrid. Me costó la tarta 118 euros ( ya tiene narices la cosa ) y me dieron el día con todas la de la ley.
Parezco la imbecil del grupo, todos son buenos, todos hacen lo que pueden por el Avi, y yo no hago nada, voy a los médicos con mi padre, pero bueno dicen que protesto, pero soy yo la que va, hay que ir a acostarlo, yo protesto, pero soy la que va etc. Hubo que ir al hospital, estuve hasta las cinco de la madrugada, teniendo que trabajar al día siguiente, pero bueno yo protesto. Creo que me voy a apuntar al grupo de Bob Dylan así protestaré mejor.
No quiero a nadie triste, besos.
Wednesday, February 6, 2008
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3 comments:
Yo, personalmente, solo pido que me avises si te ves venir otra así de nuevo...
Por llevar casco, si quieres tengo uno para ti.
Ah y que no es el sitio, pero a ver si me invitas a desayunar un día de estos, hay que ver como te has vuelto de agarrá...
menuda tarta mas cara, no? cuantas raciones?
que guay tu madre cumplir años rodeada de sus hijos que tanto le quieren... esta historia me recuerda a mi suegra, sus hermanos y la madre de todos ellos!
Si es que en todas las casas cuecen habas... Paciencia, mucha paciencia es lo que hace falta en esos momentos. Lo sé bien...
Y ahora que estoy en el gremio panadero/pastelero, lo de la tarta me parece un exceso Mrs.Truman, solo espero que tal delicatessen mereciera la pena.
Ah! Will, mira el título del blog y comprenderás por qué se hace esperar ese desayuno...
;P
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